domingo, 10 de enero de 2010

Meridiano local



Don Hércules [el único y tradicional relojero del pueblo] era tan viejo que decían las malas lenguas que había comenzado arreglando relojes de arena.

(...)

Harto el pobre jefe de oír las quejas de los viajeros y de los que iban a pasear a la estación a la hora de los trenes, que eran los más exigentes, optó por mover con sus propias y resignadas manos las manecillas del reloj de acuerdo con las circunstancias. Si el mixto de la nueve y trece venía con una hora de atraso, el jefe acomodaba el reloj desde que tenía noticia de la demora. Y así los concurrentes a la estación, que se habían guiado por los otros relojes anárquicos, no sabían a ciencia cierta con qué retraso llegaba el tren y las quejas se detenían al borde del libro de quejas.



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Chamico (Conrado Nalé Roxlo)
Meridiano local

Mi pueblo

Kapelusz - BA - 1985
[ p.44 - p.45 ]

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