jueves, 27 de marzo de 2008

Melancolía



Yo la escuchaba con fingida expresión de enternecimiento pues nunca pude oír hablar de ese hombre y esos amores con la necesaria equidad, mientras Lisa se quedaba en silencio mirando la estufita y entristeciéndose, y yo miraba el suelo fumando a punto de decirle que se volviera a ese mundo que tanta pena le daba haber abandonado y me dejase en paz, sabiendo sin embargo que el origen de casi toda la melancolía está en lo desvanecido, y que lo desvanecido desvanecido está.



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Sara Gallardo
Los galgos, los galgos
Elefante Blanco - BA - 1996
[ p.32 ]

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