martes, 27 de enero de 2009

La huella menor



Pero nunca decía nada; sabía perfectamente que el silencio y la palabra no dejaban la menor huella en el ánimo del jugador. Por eso, su pena era silenciosa. Apenas si se asomaba a sus ojos, a las cansadas, al ver pasar un vendedor ambulante, o por las tardes, a esa hora en que el campo se prodiga en sugestiones de distancia y lejanía.



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Amaro Villanueva
El calzoncillo cribao

Cuentos del Litoral

Varios autores
Selección y prólogo de Rosa Troiani
Ediciones Culturales Argentinas - BA - 1959
[ pp.81 ]

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