lunes, 10 de diciembre de 2012

El trovador

   
   
Trobar significa “encontrar, hallar”. Frente al poeta o la voz colectiva que canta las hazañas del héroe en la poesía épica, el trovador tiene nombre propio, y su arte es personal, independiente, libre, porque ha sido él quien ha “encontrado” nuevas melodías y nuevas fórmulas poéticas con las que enriquecer el acervo de la lírica que practica.  A lo mejor no las ha “encontrado” en realidad, pero él no lo sabe, porque quizá no sepa (sólo quizá) que no es posible “encontrar” nada. Pero en la pureza de su juego no hay lugar para metafísicas. El trovador no es un juglar. El trovador es un aristócrata, aunque su abuelo haya nacido entre la servidumbre. (pp.XI-XII; del prólogo de Luis Alberto de Cuenca)


Guillermo de Aquitania
Poesía Completa
Ediciones Siruela. Madrid, España, 1983