That was
all, and he was already uncertain whether it had happened. Such incidents never
had any sequel. All that they did was to keep alive in him the belief, or hope,
that others besides himself were the enemies of the Party. Perhaps the rumours
of vast underground conspiracies were true after all — perhaps the Brotherhood
really existed! It was impossible, in spite of the endless arrests and
confessions and executions, to be sure that the Brotherhood was not simply a
myth. Some days he believed in it, some days not. There was no evidence, only
fleeting glimpses that might mean anything or nothing: snatches of overheard
conversation, faint scribbles on lavatory walls — once, even, when two
strangers met, a small movement of the hand which had looked as though it might
be a signal of recognition. It was all guesswork: very likely he had imagined
everything.
George
Orwell
Nineteen Eighty-four
Nineteen Eighty-four
Penguin,
GB, 1954
Eso era todo, y ya no estaba seguro de si
había sucedido. Tales incidentes nunca dejaban ninguna secuela. Todo lo que
hacían era mantener viva en él la creencia o la esperanza de que otros, además
de él, eran los enemigos del Partido. Tal vez los rumores de grandes
conspiraciones subterráneas fueran ciertos después de todo; ¡tal vez la
Hermandad realmente existía! Era imposible, a pesar de las detenciones
interminables y confesiones y ejecuciones, estar seguro de que la Hermandad no
era más que un mito. Algunos días lo creía, otros días no. No había pruebas,
sólo destellos fugaces que podían significar cualquier cosa o nada: retazos de
conversaciones escuchadas de costado, garabatos borrosos en las paredes del
baño; una vez, incluso, cuando dos desconocidos se encontraban, un pequeño movimiento
de la mano que le había dado la impresión de ser una señal de reconocimiento.
Todo era conjeturas: muy probablemente se lo había imaginado todo.
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