lunes, 5 de agosto de 2013

Seguros y obligaciones

   
A mí no me interesa cuán inteligente sea la persona detrás del escritor (o delante). Podrá ser todo lo pelotudo que quiera (o pueda) que, si escribe bien, puede tener por seguro que voy a comprar sus libros; ahora que, si este mismo escritor me quiere venir a presentar una teorización sobre el escribir o la literatura (o su prima impredecible), me voy a ver obligado a solicitarle que regrese por donde vino —cosa que sin duda haré con un revólver en la mano.







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