sábado, 14 de abril de 2007

Horacio Zabaljáuregui - Querella


A oscuras definitivamente, a oscuras, el mundo queda lejos, el invierno queda lejos, esta es tierra de nadie, esta es la fosa común de los amores que agonizan.

Extirpar, borrar, todos los correos, las fotos, los indicios, para que no quede nada, nada. Atravesar el campo minado de los recuerdos, la muerte por goteo, el ala imperceptible de un perfume, una calle donde nos detuvimos furtivos y febriles, una enredadera de relámpagos en la cima de una siesta, sombras del pasado donde se envenena la memoria entre furores e injurias, donde trafica el sueño. A oscuras definitivamente, donde la hierba no para de crecer. Sentado a la puerta veo pasar el cadáver umbrío de aquella primavera, y ese resplandor se extraña para siempre.

Una lámpara de sombras reclama el furor de lo vivido, y no vuelve; para que no quede nada, ni el hálito del amor, ni su leyenda ilusoria, a oscuras, definitivamente, a oscuras.




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Horacio Zabaljáuregui
Fragmentos del amor moroso

Querella

Bajo La Luna
Octubre de 2006
[ p.28 ]

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