Figuritas encontradas — imposibles de abandonar ::: Todo esto debe ser considerado como dicho por un personaje de novela — o más bien por varios. (Barthes) ::: drmoure@yahoo.com.ar ::: Las "versiones al castellano" provienen de mi gusto y parecer
domingo, 15 de abril de 2007
Los encuentros literarios — ¿existen?
Te vas una noche a alguno de esos bares o instituciones donde charlan o leen un par de poetas (...) un intento de mostrar a los escribas algo más descontracturados mientras se convida con aquella infusión mágica. El objetivo está bueno porque, es verdad, la literatura como materia convocante suele evocar un no sé qué de acartonamiento: ¿Vieron esos silencios incómodos que se producen cuando el coordinador de la mesa le pide al público que haga preguntas y es como si todo el mundo quisiera desaparecer para siempre debajo de la silla mientras un coro de carrasperas canta como los sapos?
Acaso aún persista la onda expansiva de las sacralizadas "bellas letras". Porque hay ocasiones en que están todos intimidados: los asistentes, los panelistas y los bastoneros. Dan ganas de transformar la reunión literaria en un aquelarre o en una orgía porque ya se presume que la mano viene plomo y que no va a pasar nada, que aunque aparezcan los saltimbanquis de la ópera buffa, nadie va a salir del empaque.
Pero lo que vale la pena en esos encuentros es la presencia de los poetas que abordan a otros para pasarle su último opus; hay distintas maneras de encarar al colega: está el tímido relativo que te lleva aparte ("porque tengo pocos ejemplares y no le puedo dar a todos los amigos"); también el tímido absoluto que pasa como un rayo y casi te arroja el ejemplar para desaparecer entre la gente; o el/la que se planta con determinación y te dice que tiene un interés especial en que leas este libro porque sabe, presiente que te va a gustar, que tiene que ver con vos. Entre el amplio repertorio de conductas y técnicas de abordaje los que más asombran son aquellos que pareciera que jamás hubieran querido editar ese libro que les quema entre las manos como un pecado inconfesable y recóndito (...)
>>>
Vicente Muleiro
Carraspeos de Centro Cultural
(Sobre ciertos hábitos de las reuniones literarias)
Ñ - Revista de cultura - 185
[ p.21 ]
Diario Clarín
Sábado 14 de abril de 2007
<<<