sábado, 16 de febrero de 2008

Sueños de Ofelia



Corazón de batista
hilado con espantos de sangre y de veneno
Ofelia aún vivía
en el sueño primero.

Fuera el amor
—buen nombre de morada—
a ponerla contenta

Pero es mujer
y humilla la cabeza si un hombre juramenta.

Vaga sorda, insensata, nunca vista
transita la costumbre
de aproximar el agua hasta su boca

En las olas pequeñas
se abren los mensajes de noches sucesivas.

Aún espera la orilla submarina.

En el segundo sueño
vio al príncipe cautivo en el estanque
sin atender una palabra humana.
De un lado el Rito
del otro la Mandrágora:
Neutral Ofelia de un príncipe ignorante.

Dones imaginarios del amado
retardan la agonía.
Vas a ahogar los cuerpos del otoño
en el canal que baña las ortigas
y serán tus cenizas
crisol de tantas nieblas
equilibrada fortuna.

Las sirenas escoltan sus guirnaldas de lilas
en el sueño tercero.
El desvelo perpetuo de la boca entreabierta
la gracia del vestido
vela de su naufragio.

En fasto pecho
y en fatal amada
lecho liviano hierba de los campos.

No vendrá el hombre
de la duda espantosa
con su piedad a recibir la ofrenda.

La perfección de la venganza
cuenta con un solo cementerio:
en lo alto del castillo
él no cree en el cielo.

Ni supo la mujer
la merced del esclavo.

Glosarios del infierno
con las hojas en blanco.



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Mirtha Defilpo
Después de Darwin
Ediciones Último Reino
Septiembre de 1983
[ p.13 ]

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