domingo, 21 de abril de 2013

Orwell : 2 + 2


   
In the end the Party would announce that two and two made five, and you would have to believe it. It was inevitable that they should make that claim sooner or later: the logic of their position demanded it. Not merely the validity of experience, but the very existence of external reality, was tacitly denied by their philosophy. The heresy of heresies was common sense. And what was terrifying was not that they would kill you for thinking otherwise, but that they might be right. For, after all, how do we know that two and two make four? Or that the force of gravity works? Or that the past is unchangeable? If both the past and the external world exist only in the mind, and if the mind itself is controllable — what then?



Al final, el Partido anunciaría que dos y dos hacen cinco, y habría que creerlo. Era inevitable que habrían de hacer esa afirmación tarde o temprano: la lógica de su posición lo exigía. No sólo la validez de la experiencia, sino la existencia misma de la realidad externa, se negaba tácitamente según su filosofía. La herejía de herejías era el sentido común. Y lo aterrador no era que le fueran a matar por pensar de otra manera, pero que podrían estar en lo cierto. Porque, después de todo, ¿cómo sabemos que dos y dos son cuatro? ¿O que la fuerza de la gravedad funciona? ¿O que el pasado no se puede cambiar? Si el pasado y el mundo exterior sólo existen en la mente, y si la mente misma es controlable, ¿entonces qué?




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